Cada vez más personas se apoyan en la tecnología para buscar trabajo. Y no hablamos de enviar correos o revisar portales de empleo. Hablamos de cómo te presentas. Hoy, el 41 % de los candidatos españoles ya utiliza inteligencia artificial para diseñar su currículum, pero sorprende ver que solo el 66 % tiene un portafolio digital que respalde todo lo que dice en él. Y eso, si lo piensas bien, deja coja la estrategia.

Crear un CV con IA es fácil, pero no lo es todo
Las herramientas están ahí. Entras en una web, te registras, metes algunos datos y en cuestión de minutos tienes un currículum bonito, con frases bien colocadas, sin errores, con esas palabras clave que tanto gustan a los algoritmos. La IA hace el trabajo sucio. Y eso suena genial.
Pero claro, luego toca responder a ese currículum. Porque no basta con que suene bien: tiene que sonar a ti. Si el seleccionador nota que hay algo que no encaja, que el tono no cuadra contigo, empiezas mal. Y peor aún si, al buscar pruebas de lo que has hecho, no encuentra nada. Ni una web, ni un perfil profesional, ni un caso práctico. Nada.
El portafolio digital no es un lujo, es parte del juego
Parece que muchos candidatos siguen creyendo que con el CV ya está todo hecho. Pero el mercado no funciona así desde hace años. Hoy se valora que muestres tus habilidades con ejemplos reales. Si pones que has liderado una campaña, ¿dónde se puede ver? Si dices que desarrollaste una app, ¿está online? ¿La pueden probar?
Un buen portafolio no tiene que ser complejo. Puede ser un PDF con enlaces, una carpeta bien ordenada en la nube o una pequeña web gratuita. Lo importante no es que sea bonito, sino que transmita lo que sabes hacer. Que el reclutador vea lo que cuentas con sus propios ojos. Y que pueda decir: vale, esto tiene sentido.
IA y portafolio deben ir juntos si quieres destacar
Está claro que usar IA para diseñar tu currículum no es ningún problema. Es más, puede ayudarte a mejorar el resultado y darte ideas. Pero si te quedas solo ahí, estás jugando a medias. El CV te abre la puerta, pero es el portafolio el que te defiende cuando esa puerta se abre.
Muchos candidatos suenan igual porque usan las mismas herramientas. Los textos acaban siendo genéricos, sin personalidad. Y eso se nota. El reclutador lo percibe. Pero cuando encuentra una candidatura que va un paso más allá, que no solo dice “sé hacerlo” sino que lo demuestra, ahí se detiene. Ahí empieza a interesarse.
Y justo ahí es donde puedes marcar la diferencia. Si formas parte de ese 41 % que usa IA, bien. Pero asegúrate también de estar en el 66 % que tiene algo que enseñar. Porque si no, todo ese esfuerzo se queda en un buen envoltorio sin contenido. Y tú, precisamente tú, no estás para eso.