Cuando un robot decide por ti
Seguramente no lo sepas, pero cada vez que envías tu currículum hay un primer lector que no tiene ojos ni corazón: un robot. Y sí, hablamos de esos sistemas automáticos que deciden quién pasa el primer filtro y quién se queda fuera antes de que una persona siquiera mire tu experiencia.

Estos sistemas, conocidos como ATS, no entienden de estilos creativos ni de adornos innecesarios. Les interesa el contenido puro y duro. Palabras clave, datos claros y un formato que puedan procesar rápido. Así que, si quieres que tu currículum tenga opciones reales, tendrás que adaptarlo a lo que buscan… esos programas.
Claves que marcan la diferencia
Lo primero: la estructura. Olvídate de esas plantillas llenas de columnas y gráficos de colores. A los ATS no les gustan nada. Lo que quieren ver es un formato sencillo, con secciones bien marcadas como “Experiencia laboral” o “Formación”. Que esté todo donde toca, sin complicaciones.
Después, las palabras clave. Piensa en ellas como las pistas que le das a ese robot para que entienda que cumples con lo que piden. Lee bien la oferta y usa los términos que repiten: si en la oferta dicen “gestión de equipos” y tú pones “liderar personas”, puede que no lo relacione y te descarte. Así que copia esas palabras casi como un eco, pero sin forzarlo. Hazlo sonar natural.
Otro punto clave: no te quedes en un currículum único para todo. Sí, puede ser más rápido, pero no es efectivo. Cada oferta es diferente y tu CV debería adaptarse un poco para mostrar lo que esperan. No inventes nada, pero destaca lo que piden.
Ah, y no te líes con poner datos importantes en los encabezados o pies de página. Muchos sistemas ATS ni los leen, así que mejor ponlo todo en el cuerpo principal del texto.
El archivo, por supuesto, guárdalo en .docx o .pdf. Son los que suelen aceptar sin problemas estos programas. Pero si ves que en la oferta piden otro formato, no te la juegues.
Y no olvides algo tan básico como revisar bien todo antes de enviarlo. Un error tonto puede ser suficiente para que el ATS no te entienda y tu currículum se quede en el limbo para siempre. Esos detalles importan mucho más de lo que parece.
Si todo esto te suena un poco a ciencia ficción, no te preocupes. Es cuestión de adaptarte y entender que hoy, el primer paso para que un currículum llegue a manos de alguien de carne y hueso es pasar por un filtro automático. Y para eso, necesitas que tu CV hable su idioma: claro, directo y sin adornos.