Si estás pensando en enviar tu currículum más allá de las fronteras de España, debes saber que no todos los países leen un CV igual. En México y EE. UU. hay estilos, expectativas y normas distintas. Si lo haces bien, tu candidatura va a destacar; si lo haces mal, ni llegan a mirar tu hoja. Te lo explico de forma clara, para que armes un CV internacional competitivo sin complicarte.

México vs España: qué cambia en el currículum
Cuando el destino es México y vienes de España, las diferencias no son enormes, pero sí visibles. En México, por lo general no se exige tanta formalidad en ciertos datos personales: no hace falta incluir necesariamente edad, estado civil o foto, salvo que el anuncio lo pida. En España muchas veces todavía se espera ese tipo de información (aunque está cambiando). También en México es común que el CV tenga un tono más directo, más enfocado a resultados y ménos “relleno” de formalidades.
La estructura puede ser similar: datos de contacto, resumen profesional, formación, experiencia, competencias. Pero ojo con el idioma: aunque muchas empresas mexicanas operan en inglés, es aconsejable que tu CV esté en español (o bilingüe) y con términos que se entiendan en América Latina. Por ejemplo: “licenciatura” puede usarse, pero revisa si en la empresa prefieren “grado universitario” o “título universitario”. Otro punto: el uso de las métricas. En México suelen valorar que digas porcentajes, cifras, resultados: “incrementé ventas un 25 %”, “gestioné equipo de 5 personas”, etc.
En cuanto a la longitud, no te extiendas mucho: una página si tienes poca experiencia, dos como máximo si ya has hecho bastante trayectoria. No hace falta llenar con cosas que no aportan valor real, porque eso en cualquier país juega en tu contra.
EE. UU.: dónde meter el énfasis y qué evitar
Estados Unidos tiene reglas no escritas que muchos no cuentan, y cometer errores puede tirarte de entrada. Primero: en EE. UU. no se espera que menciones datos personales sensibles como edad, estado civil, religión, nacionalidad o foto. De hecho, hacerlo puede jugar en tu contra porque las empresas evitan cualquier sesgo.
Segundo: el currículum norteamericano (también llamado résumé) suele ser brevísimo: una página si eres joven profesional, dos como mucho si tienes muchos años de experiencia. No uses párrafos largos: usa viñetas para describir responsabilidades y logros, priorizando verbos de acción (“led”, “managed”, “increased”) y resultados cuantificables.
Tercero: empieza con un encabezado claro con nombre, ciudad y estado (sin dirección completa si no te lo piden), teléfono con prefijo internacional, email profesional. Luego un resumen profesional (2-3 líneas), experiencias relevantes, educación y habilidades. Si tienes certificaciones, publicaciones o proyectos internacionales, inclúyelos.
Cuarto: adapta el lenguaje. Usa el inglés si la oferta lo pide; revisa el vocabulario local: “degree” para estudios universitarios, “GPA” si fue sobresaliente, “internship” para prácticas, etc. Evita traducciones literales desde español que no tienen sentido en EE. UU.
Finalmente, ten en cuenta los sistemas ATS (software que filtran CVs). Usa palabras clave que aparezcan en la oferta de trabajo, escribe nombres completos de tecnologías o herramientas que hayas usado (no solo siglas), y no uses formatos extraños que esos sistemas no reconozcan (imágenes, diseños complicados, tipografías raras).
Si haces bien todo eso y adaptas cada versión del CV al mercado destino —México, EE. UU. o España—, multiplicarás tus posibilidades de que te llamen. No es truco: es trabajo fino, adaptación y respeto a las normas no escritas de cada país. Puede que tengas que rehacer tu currículum varias veces, pero vale mucho la pena cuando tu CV cruza una frontera.