Cómo crear un CV que pase filtros ATS sin sacrificar estilo visual

Superar una entrevista ya es complicado, pero que tu currículum llegue hasta ahí puede ser todavía más difícil. Hoy muchas empresas usan sistemas llamados ATS (Applicant Tracking System), filtros automáticos que revisan tu CV antes de que lo vea una persona. Si tu documento no está preparado, se queda fuera aunque tengas el perfil perfecto. Por eso necesitas que tu currículum sea compatible con estos filtros, sin renunciar a un diseño que te represente.

Cómo funcionan los ATS

Un ATS no es más que un software que lee y clasifica currículums. Busca palabras clave, estructuras concretas y formatos que pueda interpretar sin problema. Lo que no entiende, lo ignora. Eso significa que si usas columnas, gráficos o diseños demasiado llamativos, la máquina puede bloquear parte de tu información.

En España estos sistemas se han extendido entre grandes empresas y consultoras, lo que quiere decir que cada vez más candidatos se enfrentan a ellos. Y no hay que engañarse: si no adaptas tu CV a lo que esperan leer, puede quedar descartado sin que nadie lo abra.

La clave está en entender que no es un enemigo, es un filtro técnico. Tu currículum debe ser claro, ordenado y contener las palabras que la oferta de trabajo repite. No se trata de rellenar con términos vacíos, sino de mostrar lo que ya tienes con el lenguaje que el ATS reconoce.

Cómo adaptarlo sin perder estilo

Aquí es donde muchos piensan que hacer un currículum ATS es aburrido, casi soso. No tiene por qué. Se trata de jugar con las reglas del sistema y, al mismo tiempo, transmitir tu valor personal.

Un diseño limpio, sin columnas ni cuadros, en un formato estándar como Word o PDF editable, es más que suficiente para que pase el filtro. La tipografía debe ser sencilla y clara. Y los apartados tradicionales funcionan mejor: “Experiencia laboral”, “Formación académica”, “Habilidades”, “Idiomas”. Olvida títulos creativos que el programa no reconocerá.

El orden cronológico inverso (lo más reciente primero) facilita que tanto el sistema como la persona que lo lea después entiendan tu evolución profesional. Y no olvides un titular al inicio con el puesto al que aspiras, seguido de un breve perfil profesional de tres o cuatro líneas.

En cuanto al contenido, lo que realmente marca la diferencia es mostrar resultados. Nada de frases genéricas del tipo “gran capacidad de trabajo”. Un ATS valora más las acciones concretas acompañadas de cifras o logros medibles. Eso, además, convencerá al reclutador humano cuando llegue a tu CV.

Un currículum optimizado para ATS no tiene por qué ser feo ni impersonal. Puedes mantener un diseño elegante, con un estilo visual limpio, siempre que la información esté clara y en un formato que la máquina pueda leer.

  • El único truco es este: piensa primero en que lo entienda la máquina, pero escribe para impresionar a la persona que lo recibirá después.

El equilibrio entre ambos es lo que multiplica tus opciones. No olvides que superar el ATS no es el objetivo final. Es solo el primer paso para que tu currículum llegue a un reclutador que apenas tendrá unos segundos para decidir si pasas al siguiente nivel. Por eso, además de optimizarlo, asegúrate de que engancha desde el principio.

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