Cuando te sientas frente al ordenador a actualizar tu currículum parece que todo se concentra en la experiencia, la formación, los logros… y al final olvidas una parte clave: la sección de habilidades y competencias. Sí, esa que muchos descuidan, que se queda al final, o que rellenan con clichés del tipo “trabajo en equipo, proactivo” sin parar a pensar. Pero hoy, para que tu CV realmente destaque, es justo ahí donde conviene poner el foco. Esos rasgos que te definen y que conectan con lo que buscan las empresas en 2025 pueden ser tu carta de presentación silenciosa.

El mercado laboral ha cambiado bastante. Las empresas ya no solo buscan al candidato que tenga el título y unos años de experiencia. Quieren a alguien que se adapte, que sepa moverse en entornos híbridos, que tenga habilidades digitales, capacidad para colaborar virtualmente y, al mismo tiempo, buenos rasgos personales. Así que esa sección de habilidades no es un mero extra: puede decidir si pasan al “sí” o al “no” con tu CV.
Cómo mejorar esa sección para que realmente ruido
Primero, piensa que la sección de habilidades debe estar personalizada para el puesto al que aspiras. No vale pegar la misma lista para todas las candidaturas. Revisa la oferta y extrae esos términos que aparecen como “se valorará experiencia en…” o “buscamos capacidad para…”. Haz que tu CV refleje que lo has ajustado a eso. Segundo, combina hard skills (las habilidades técnicas que puedes medir: idiomas, programas, herramientas) con soft skills (las cualidades personales: comunicación, adaptabilidad, gestión del cambio). Esta mezcla hoy es lo que marca la diferencia. Y tercero, no solo menciones la habilidad: da evidencia. Si dices que tienes “gestión de proyectos”, muestra brevemente un ejemplo en tu experiencia que lo respalde. Evita las declaraciones vacías.
Para que te hagas una idea realista, imagina que postulas para un rol en marketing digital. En lugar de poner simplemente “marketing digital”, podrías redactar algo como: “gestión de campañas PPC en Google Ads con mejora del tráfico de un 35 % en seis meses” y luego incluir como soft skill “orientación a resultados” dejando claro lo logrado. Esta forma demuestra que no solo tienes la habilidad, sino que la aplicaste.
Es importante también el orden y visibilidad. Que esa sección aparezca en el lugar adecuado del CV, con un diseño limpio, tipografía legible, sin saturar de texto. Hoy un reclutador dedica pocos segundos al primer vistazo, así que lo que tiene que llamar la atención debe aparecer claramente. Puedes agrupar las habilidades en bloques —técnicas / personales— siempre que no quede como una lista larga sin vida. Da espacio, monta columnas si lo plantilla lo permite, pero sin complicarlo.
Por qué de verdad puede marcar la diferencia
Te explico por qué esta sección es tan decisiva: los filtros automáticos de los sistemas de selección (ATS) muchas veces están configurados para buscar esas palabras clave que aparecen en la oferta. Si tu CV no tiene esas habilidades explícitas, pasa desapercibido. Además, los reclutadores humanos, cuando abren tu CV, buscan “ese plus” que te diferencia. Y sí, puede estar en esta sección. Si muchos candidatos tienen experiencia similar, títulos similares, lo que puede inclinar la balanza eres tú y lo que muestras que puedes aportar. Si lo haces bien, comunicas que no solo eres válido, sino que estás actualizado, que conoces el contexto, que te has adaptado a los retos del mercado actual: digitalización, entornos remotos, aprendizaje continuo.
Otro motivo: cuando hablas de tus habilidades y muestras ejemplos concretos, te anticipas a la entrevista. Ya estás dando pistas de lo que vas a explicar después, y eso da confianza. Y un detalle: al adaptar cada CV a cada oferta, demuestras interés, que no es genérico. Eso también pesa. Claro que es más trabajo, pero merece la pena. Y como mínimo, revisa la sección de habilidades cada vez que envíes el CV, ajusta tres o cuatro puntos, cambia algún término, personaliza.
Para que no se te olvide, aquí lo que puedes revisar justo ahora: ¿has leído la oferta de empleo y extraído las habilidades clave?, ¿tienes una sección de habilidades visible en tu CV?, ¿esas habilidades las respaldas con ejemplos en la experiencia?, ¿has equilibrado habilidades técnicas y personales?, ¿elibiste por clichés genéricos? Si has respondido “no” a alguna de estas preguntas, toca actuar.
En fin, no dejes que esa sección que muchos consideran “menos importante” sea la que te margine. Hazla con mimo. Ajusta tu currículum como quien prepara una carta de presentación en forma de documento, con actitud, con narrativa propia. Ese apartado puede parecer pequeño, pero puede inclinar la balanza a tu favor. Y además te hace ver con otros ojos tu perfil profesional, lo que es un buen ejercicio por sí mismo.