El curriculum y la importancia de los objetivos

En un marco como el que hoy en día envuelve al mercado laboral en nuestro país, no resulta difícil que quien busca empleo acabe sucumbiendo algunos de los efectos secundarios más frecuentes que el cansancio ante la búsqueda y el efecto del rechazo suelen producir.

Uno de estos efectos es el que lleva a la pérdida de algo fundamental cuando enviamos cualquier currículum a una oferta de empleo; los objetivos.
El curriculum y la importancia de los objetivos
Obviamente el envío de uno o cien currículum vitae por parte de una persona subyace siempre el mismo objetivo general porque, encontrar trabajo. Pero esta obviedad no debe enmascarar una realidad que, bien por ese efecto cansancio al que nos referíamos, o bien por una mala preparación de nuestro currículum, se da con más frecuencia de la deseable.

Los objetivos generales los tenemos claros, sin embargo, son los objetivos particulares, los que hacen referencia a cada envío, a los que nos referimos, unos objetivos con frecuencia poco cuidados y que, lo creamos o no, pueden ser motivo suficiente para el rechazo de nuestra candidatura.

Debemos tener en cuenta que la sensación de masividad que hoy en día cualquier departamento de recursos humanos en proceso de selección percibe es simplemente la constatación de la realidad, ante un único puesto de trabajo se presentarán probablemente cientos de currículum. Si de la lectura en primera instancia de nuestro currículum, el reclutador extrae la sensación de un envío masivo por nuestra parte, despersonalizado, y en definitiva falto de objetivos concretos sobre el puesto al que optamos, es evidente que nuestra candidatura quedará en peor situación que la de otro candidato que sí haya trabajado sobre sus objetivos y expresado los mismos en su presentación.

El mecanismo para incorporar estos objetivos  siempre es prácticamente el mismo, mostrar el mayor volumen de conocimiento tanto sobre la empresa como sobre el puesto de trabajo al que aspiramos que podamos recopilar, mostrar una proposición activa de nuestros objetivos sobre el puesto de trabajo al que aspiramos, y, en la medida de lo posible personalizar al máximo el envío sobre como mínimo el departamento correspondiente.

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